La Navidad apura sus últimas jornadas -concluirá el domingo con la Festividad del Bautismo del Señor- y las miras se ponen en la etapa posterior a la misma, ya que en unos días los presidentes de los consejos andaluces habrán de tomar parte en una reunión con representantes del gobierno autonómico a fin de analizar la posibilidad de llevar a cabo la celebración de las procesiones de la Semana Santa, que se antoja inviable a tenor de la suspensión de las mismas en Sevilla y Granada y de la evolución del número de personas infectadas por el COVID-19.
No obstante, después de que se comunique oficialmente la decisión, que se adoptará de manera colegiada y de acuerdo también con las autoridades municipales y diocesanas, lo más probable es que salte a la palestra el hecho de que se planteen fórmulas alternativas para conmemorar la Pasión de Cristo que respeten las medidas preventivas y que no se desemboquen en el vacío que provocó el confinamiento de 2020.
Una opción que mantiene dividida a la opinión pública cofrade, puesto que los que la desaprueban sostienen que de ese modo se convertiría a la Semana Mayor en ese sucedáneo de la verdadera piedad que los obispos del sur recomendaron evitar en su encuentro del pasado mes de octubre.