‘Flori’, brindaremos por ti

Lo peor de cumplir años es contar los amigos que se van. La Virgen del Rocío ya tiene a su lado a un hijo más, Florián Utrera Chacón, conocido por tantos años frente al misterio de La Borriquita pero, sobre todo, por ser un buen hombre. Con todas sus letras.

De Florián podemos hablar de sus 30 años en el martillo del primer paso del Domingo de Ramos o de que su amor por la Virgen del Rocío hacía en él maravillas. La última, llevárselo de madrugada con Ella al cielo para aliviarle la carga de esa cosita contra la que luchaba desde hacía en torno a un año.

‘Flori’ no faltaba cada Lunes de Pentecostés, desde hacía años viajaba en autobús cada noche para plantarse en la aldea para poder rezarle a la devoción de su vida. También podríamos hablar de su Peña La Carbonera, de la que fue fundador y uno de sus pilares fundamentales en los inicios y en la madurez del grupo. Personas que conformaban una peña tan añorada como histórica: Ana y Eduardo, Julio Aguado y María Jesús, Antonio y Rosa, Borja y Ana… un equipo de diez.

Pero voy a hablar de lo que me quería Florián y de lo que le quería yo a él. Porque pese a los muchos años de diferencia, nuestra amistad nació en la aldea, en el finde de los trastos cuando un perol de conejo al ajillo «con mucho Tío Pepe» era sinónimo de risas, piques con él y buen ambiente. El que escribe apenas contaba con 10 o 12 años, pero recuerda como si fuera ayer a los hermanos Utrera en el patio de Betania, esa casa en la calle Bellavista que guarda recuerdos de mi niñez, cantando sevillanas con Juan, hermano de Florián, también capataz de Cristo Rey hace ya varias décadas.

Tras unos años de ausencia a la Romería, nuestro encuentro anual no se hacía esperar. Sábado de Rocío, entrada de la Hermandad de Jerez en la aldea. Siempre ahí, en una esquina u otra, en una puerta saludando a sus peñistas o con su familia, disfrutando de sus nietos en las calles que tanta felicidad le dieron. Allí conoció a la que hoy es mi esposa, a la que le espetó «ten cuidao con este» antes de la correspondiente carcajada, un abrazo y un «mi Ale, joé». Días antes, en el tren Madrid-Sevilla, me acordé de él. Siempre presente en mis recuerdos.

Este año no dudes que te buscaré, Florián. No lo dudes un instante. Brindaré por ti, por tu memoria y por tu amistad.

Total
0
Comparte
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Noticia anterior

Onda Jerez lideró las emisiones de la Semana Santa de Jerez de 2025 en YouTube

Próxima noticia

Luto en La Borriquita: ha fallecido Florián Utrera