Menos no es más. La frase original, pero a la inversa, fue pronunciada por el arquitecto minimalista alemán Ludwig Mies van der Rohe, y solo del revés se ajusta a la realidad de un Sábado de Pasión que ve su cierre cada vez más cercano.
Un día que comenzaba a la misma hora de años anteriores y que, sin embargo, no ofrecía la misma cantidad de opciones, con todo lo que ello conlleva. Cofradías de varios puntos cercanos entre sí, pero en la lejanía con otros, han pasado a una mejor vida. Y nunca mejor dicho.
Las hermandades del Sábado de Pasión ya ven en el horizonte el día en el que deberán solicitar su lugar en la Carrera Oficial como hicieron en su día dos cofradías que ayer resultaba raro no encontrar. Era tiempo de centrar las atenciones en las otras cuatro cofradías.
El de ayer fue un día de lo más accesible, de eso no cabe duda. Dio tiempo de estar durante un largo rato en Guadalcacín antes o después de acudir al centro para ver confluir a las cofradías de La Salvación y La Misión. Confluencia no sin controversia. Porque ambas corporaciones ‘chocaron’ en la plaza Rafael Rivero, donde la del Corpus Christi bajaba por Tornería mientras la Cruz de Guía de la del Perpetuo Socorro llegaba por la Plaza San Marcos. Un momento en el que ambas coincidieron y, tras unos minutos de esperas -sumados a conversaciones entre las diputaciones mayores de gobierno- solventaron como se preveía: la Salvación tras la Misión. Quizás un descuadre de horarios, una cofradía muy rápida y otra a su hora.
[20:52] Un nazareno de @salvacionjerez se acerca al cortejo de @LaMisionRedento y la cruz de guía avanza. pic.twitter.com/7VyN7B1iDu
— JerezCofrade.tv (@JerezCofradeTV) April 13, 2019
La Salvación presentó su misterio finalizado, con un Señor más protagonista gracias a la peana y una escena que incorporaba las imágenes de Pilatos y Caifás, obras del jerezano Manuel Alejandro Oliveras de Perea. Un misterio que demostró mayor prestancia y que sigue aportando año a año nuevos matices, como el del prefecto romano que parece estar saliendo de la propia escena.
En otro orden, la música continúa en la tendencia de años anteriores, donde se mezclan de manera incongruente composiciones efectistas, más parecidas a bandas sonoras de película que a música procesional, con marchas de la talla de Cristo de la Buena Muerte de Albero o Cristo del Amor de Escámez.
En la línea de años anteriores se presentaron las hermandades de La Entrega, La Misión o La Mortaja, que con sus particularidades recibieron el aliento de un público más concentrado en sus recorridos. Las dos primeras permanecerán aún en el Sábado de Pasión, una por imperativo legal y otra por tiempo mínimo estipulado para acudir a la Catedral. Se cumplirá pronto.

La Salvación, en cambio, ya mira a la Semana Santa de 2020 sin día previsto, mientras que La Mortaja, por su parte, ya vislumbra -presumiblemente- una futura estación de penitencia en el Jueves Santo. Ambas cumplen la norma no escrita, por lo que el final del Sábado de Pasión está cada vez más cerca de desaparecer en el centro de la ciudad.
Siempre nos quedará el Señor de la Entrega y la Reina de los Ángeles, de momento, en Guadalcacín.