Si bien en los últimos años la “suerte” no ha llegado con premios sonados de la Lotería de Navidad a ninguna de las cofradías de nuestra ciudad, no es menos cierto que el reparto de los números de las mismas marca la cotidianidad de muchos miembros de las hermandades en el transcurso del otoño.
En efecto, cuando llega esta estación, las dependencias de la totalidad de las corporaciones se van llenando de esos famosos talonarios que paulatinamente se van vaciando a medida que se acerca el invierno y, con él, el señalado acto en el que los niños de San Ildefonso dan por iniciadas las Fiestas, que cada vez cuentan con más prolegómenos.
Preámbulos que se van agotando y que, tras el último tirón de ventas en las zambombas, ahora desembocan en jornadas para liquidar los boletos despachados a las administraciones, donde ya se corrobora la alta cantidad de personas que optan a conseguir esa remuneración extraordinaria que sólo depende de la fortuna.
Probablemente sea por esa “envidia preventiva” a la que apuntan psicólogos, pero lo cierto es que los cofrades juegan bastante. Y no es de extrañar que se hayan agotado tanto participaciones como décimos en muchas corporaciones, pues según datos de Acierto.com, en Andalucía se gasta de media hasta 46,8 euros en boletos, razón por la cual la comunidad aporta el 13,9% de las ventas (más de 390 millones) totales del “mayor sorteo de lotería de billetes del mundo».
Así pues, a sabiendas de que lo expendido también repercutirá positivamente en las cuentas de las hermandades, no son pocos los jerezanos que ya aguardan la llegada del 22 de diciembre con la confianza de que el azar se acuerde de ellos.