Los retrasos marcan una Magna Mariana que se disfrutó más en su final

Las cofradías se sobreponen a una mala organización de la procesión. Las recogidas se vivieron con enorme gozo y alegría

Sacar 36 pasos de palio y hacer que lleguen todos en buena hora era una tarea imposible. Se dijo, se contó y hasta podríamos decir que se avisó. La organización de la procesión Magna Mariana de Jerez fue deficiente, con todas sus letras. Así lo atestiguan los enormes retrasos producidos en calles adyacentes, como Tornería, que presenta complicaciones por sus dimensiones y que todos los pasos tenían que dejar atrás en 10 minutos desde la Plaza Rafael Rivero. Un planning irreal habida cuenta de la expectación que genera el enclave y, por ende, el público que puede llegar a aglomerarse allí.

Pongámonos en el mejor de los casos de que un paso tarde en pasar 7 minutos en vez de 5. Ahí ya se habría acumulado 2 minutos de retraso, y si multiplicamos 2 por los 36 cortejos participantes (algo que no es ninguna locura), hablaríamos de 72 minutos de retraso o lo que es lo mismo 1 hora y 12 minutos al final de la jornada. Esto podría provocar parones, lentitud extrema y que el último paso que saliera de la Carrera Oficial lo hiciera pasadas las 23:00 horas, y repito, en el mejor de los casos.

Artículo «La logística de la Magna: a vueltas con un reto superlativo» – Pablo García Torrejón (JerezCofrade.tv 17/10/2024)

Y es que ya las primeras cofradías fueron acumulando pequeños retrasos y ya más avanzada la tarde las demoras se contaban por periodos de entre 5 y 10 minutos. Esto provocó que desde el Consejo se improvisaran nuevos órdenes de paso. La primera que entró por delante del puesto que le correspondía fue la Virgen de la Paz en su Mayor Aflicción, ocupando el lugar de la Virgen de la Confortación, hecho que se repitió con otros pasos y que provocó una total aleatoriedad: la cofradía que llegara, para adentro. Al mismo tiempo, la Hermandad de las Viñas retrasaba su salida desde San Miguel por los constantes retrasos.

Un completo desorden que dejó descontentos a los usuarios de las sillas, a los cortejos y a las cuadrillas. Hubo usuarios a los que la Unión de Hermandades envió un correo electrónico para situarse en sus sillas 40 minutos antes para evitar problemas de acceso y estuvieron más de 6 horas en sus localidades. De las casi 3 horas proyectadas de tiempo de paso se pasó a rondar las 5 y media.

Y es que dio tiempo de ver salir a la Virgen de la Encarnación (brillante con banda), bajar por la calle Amargura, encontrarse al Perpetuo Socorro en José Luis Díez, quedarse embelesado con la belleza de la Virgen de los Dolores a los sones de Mater Desolata tras el saludo a las Hermanas de la Cruz en Luis de Ysasi, llegar a la Porvera y verlas todas varias veces en dirección a la calle Ancha (Lágrimas, Misericordias, Paz y Concordia, Desamparo, Mayor Dolor, Piedad y Desconsuelo) y desandar para encontrarse más de hora y media después en la calle Carmen a la Virgen de los Dolores

En ese camino de vuelta a San Miguel, dio tiempo a ver a la Virgen de la Estrella en la Alameda Vieja, a la Virgen de la Esperanza Coronada en Conde de Bayona, ver la salida de la Virgen de la Concepción Coronada (espera de 10 minutos incluida), bajar por Esteve camino de Bizcocheros y ver en Antona de Dios a la bellísima Virgen de las Aguas (maravilloso estreno), en Aladro a la Reina de los Ángeles, en Eguiluz a Angustia de María y cruzar el Mamelón en dirección a la Porvera. Y ahí seguían los pasos de palio del Mayor Dolor, Piedad, Desconsuelo (a la altura de San Juan Grande) y Soledad. Tras de ella, a modo de trenecito, la Virgen de la Luz, la Virgen del Amparo y la Virgen del Perpetuo Socorro, que volvían a sus sedes por Tornería. Si apenas llevaban retraso, al llegar a la Porvera automáticamente adquirieron casi 3 horas de demora.

La organización fue, a todas luces, mala. De eso poca duda cabe, aunque las lecturas de hoy lunes están absolutamente alejadas de la realidad. Pero más cuando desde el Consejo se negó a los medios de comunicación la capacidad de moverse por la Carrera Oficial y, de facto, esto no fue así. Un medio de comunicación sí que pudo recorrer -al menos en la Plaza de la Asunción- y emitir desde el inicio del recorrido oficial de la procesión. Un nuevo agravio comparativo que nada nos extraña a este y otros medios, habida cuenta de estos tratos de favor. Hay que recordar, por otra parte, que ese medio ha sido el único que ha recibido pagos por el “servicio de difusión de la campaña de publicidad con motivo de la celebración de la procesión Magna Mariana” que concedió el Ayuntamiento de Jerez en sesión extraordinaria, por importe de 18.000 euros.

Histórico, pese a todo

Las cofradías jerezanas se sobrepusieron a las vicisitudes derivadas de la organización. Porque poner en la calle el magnífico patrimonio de las corporaciones siempre da resultados positivos. Y a eso hay que sumarle cuestiones de relevancia histórica para las cofradías jerezanas.

Palios con música como el de la Virgen de la Encarnación o el de María Santísima del Dulce Nombre, dolorosas por primera vez bajo palio (Aguas, Bienaventuranzas, Amparo, Mercedes, Silencio, Madre de la Iglesia, Angustia de María) o estampas para el recuerdo como la Porvera repleta de pasos de palio. Eso no lo ensombrece nada.

En las primeras horas, los pasos salían con la alegría propia de quienes van a vivir una cita histórica. Lo era por la feligresía de San Rafael, la del Perpetuo Socorro o la capilla de la Yedra, entre otras. San Miguel y Santiago eran los centros neurálgicos de una tarde que nos devolvía a la Virgen de los Remedios bajo palio, momento único que se vivió durante todo el día como una salida extraordinaria.

Las vueltas tomaron ritmo. Los palios comenzaban a poder andar sin problemas de tapones y las cuadrillas, bandas y público comenzaban a animarse. El regreso de la Virgen del Valle Coronada con el Campillo en ebullición, la Virgen de la Esperanza Coronada por la calle Sol, o la Virgen del Desamparo en Santiago protagonizaron una verdadera fiesta, al igual que en la feligresía de Nuestra Señora de las Viñas, ya que horas antes de que llegase la Virgen de la Concepción Coronada a su puente ya había gente esperando. De noche, la Magna sí fue lo que se esperaba.

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